Hoy día, por primera vez, estuve en la otra trinchera. Primer 21 de mayo que estoy dentro del Congreso y no afuera, gritando o sosteniendo alguna pancarta.
Primera vez que los carabineros me abrieron amablemente (ni tanto en verdad) las rejas para que ingrese caminando tranquila al sector que rodea el enorme y feo edificio.
Hay gente que sospecha de mi porque me ve joven. Dudo que sea porque haya visto mi cara en alguna manifestación, nunca tan perseguida. Pero hoy en especial, todos me preguntaban varias veces "a dónde va señorita". Y ahí había que mostrar la credencial, que no era tan segura después de todo, porque poco menos tenía que mostarles algún sello de agua.
Estaba bien atenta escuchando las palabras de la Presidenta y de pronto anunció la noticia: el 30 de agosto será el Día del Detenido Desaparecido.
Recordé inmediatamente imágenes que veía cuando niña en la tv, donde salían cuerpos encontrados en parcelas alejadas, más tarde las cadenas amarradas a rieles y ahora último, las 96 víctimas del Patio 29, de las cuales 48 identificaciones estaban erradas. Tanto dolor. No logro imaginar qué debe ser peor: si encontrar el cuerpo mutilado de algún familiar o vivir eternamente con la incognita de no saber a dónde ni en qué condiciones fue a parar.
También vino a mi mente cuando Pinochet, aun comandante en Jefe del Ejército chileno, se burló del hallazgo de fosas comunes en las que habían muchos cuerpos en una sola tumba y exclamó orgulloso: ¡Pero qué economía más grande!
Aunque aún no se hace justicia, al menos este año se conmemorará con respeto lo que Chile entero le debe a las víctimas de la dictadura. Está dentro de nuestra historia y necesitamos sanar bien las heridas, reconociendo los errores del pasado. Y estos errores fueron macabros. Con un día no se le devuelve la tranquilidad a una familia. Pero al menos se sabe que están presentes!
Mientras Bachelet decía esto, muchos miraban emocionados y aplaudían con esperanza en el futuro que construimos. Nadie de la derecha aplaudió. Ni los que se dicen más "progresistas". Todos serios, de brazos cruzados y, muchos otros, haciendo muecas faciales.
Yo sólo quiero hacer mias las palabras de James Hettfield, en su recital en Chile, y decirles a todos y cada uno de los que integran la derecha de este, mi país: Thank you, Fuck you!
lunes, 21 de mayo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario